lunes, 11 de febrero de 2008

Un viaje con destino

Es hora. Los viajes con destino me revientan. Y es que cada uno tiene sus metas, y la mía no es ésta. Pero no, que no voy a retroceder, sería tiempo perdido, por no hablar de ilusiones.
Voy a comprar un billete, de ida y vuelta, por si existe el arrepentimiento. Y a aquel que me pregunte por mi destino, uy a ese...
Y que no necesito nada, personas y unas copas, y se acabó, y me marcharé, invidente, sin saber, cansada de todo pero harta de nada.
Es hora de cambiar de rumbo, esta vez sin destino.

2 comentarios:

Kakú dijo...

Y que me perdonen en cubierta, el capitan ha desaparecido, pero sin duda te diria que te marques un solo destino.
Berlin.

María Erre que Erre dijo...

Me lo marqué: München.